03 marzo, 2009

He adorado tus ojos famélicos
tu par de estruendos infinitos
la lluvia incandescente de tu lengua
la antesala de un exceso entre mis gritos.

Visceral, rotundo, inalcanzable
eres lejano, próximo, tardío
tus brazos marcados con grafito
armas de coitos rojos y extravíos.

Eras mi calumnia vestida de amarillo
mi mar rojo sangrante y aprensivo
fuiste tres segundos de concreto
construyendo mi pecado indefinido.

De A

1 comentarios:

Anónimo dijo...

me gustan tus frases poderosas y salvajes.traen imágenes de dos cuerpos que se buscan y se encuentran a medianoche o a mediodía.