Existe una danza interna incesante y fresca que me aleja de todo.
Existen dos ojos entristecidos y palpitantes que me auscultan roja y envenenada.
Las posturas, los veranos, la soledad y la vida siempre se anexaron a
La música, la lluvia, las autopistas y el siguiente peldaño.
Sigo caminando, sólo(a) pedí un break para despertar incensante, fresca
y siempre, siempre.
19 enero, 2009
en 14:12
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